13 septiembre 2007

El Periodo Amebolítico


“Ameba, que mala eres, pero qué maravillosa”

Hace millones de años, el amor el amor corría salvaje por este loco mundo nuestro. Los hombres eran criaturas viscosas parecidas a los piojos o al maromo aquel que por poco se casa con mi mujer. Se llamaban amebas, pero eso fue sólo hasta que consiguieron fondos y cambiaron su nombre por el de First Nacional Bank.

Las amebas primigenias no poseían nada digno de ser amado. Les faltaba conversación, su aspecto era con toda certeza mucho menos atractivo que el de cualquier informe financiero y, además, estaban en la ruina. De hecho, carecían de columna vertebral, brazos, piernas, dientes y ojos. Pero irradiaban amor.

Naturalmente, era una suerte que la ameba no pudiese ver, ya que de haber podido echarle un ojo a su pareja, el asunto se abría echado a perder y el planeta Tierra se encontraría hoy tan vacío como el cráneo del adolescente medio. Lo cual no significa que la ameba pensase en el futuro. Las pocas luces que tenía estaban puestas en su pareja, con la que se juntaba bajo una piedra para…
Todo el mundo sabe lo que significan esos puntos suspensivos, así que no hay motivo para escandalizarse.
Los hombres y las mujeres primigenios solían juntarse bajo una piedra, lo cual explica sin lugar a dudas por qué se conoce a aquel tiempo como la Edad de Piedra.

Todavía hoy, algunos siguen pasándose a otras “por la piedra”, pero lo hacen en una cama, a veces con la ayuda de un martín con hielo, normalmente mezclado con bourbon o whisky.



4 comentarios:

Despistado dijo...

jajaja, una historia enternecedora esta de la ameba. Y efectivamente, todavía quedan bastantes por ahí, de las primigenias y de las que han cambiado el nombre. Pero ninguna de las dos necesitó nunca de pareja para reproducirse.
Besos

Ender dijo...

ya lo tengo claro
de mayor quiero ser una ameba
mucho me he reido hoy con tu grandioso post


lo del cine será un placer

Anónimo dijo...

Que quede constancia de que ese texto genial forma parte de un, igualmente genial, libro de Groucho Marx "Memorias de un amante sarnoso", una desternillante carga de buenas e irónicas energías...

Anónimo dijo...

Pero que guapo!!! jejeje si esq...
y el video se sale no?jeje lo del cohete es muy "garganta profunda" :-D.


pasalo bien hoy niña.Besotes

C.v.G